Tratamientos térmicos, imprescindibles para el sector industrial
5 / 07 / 2019
Si nos ponemos a pensar, no existe sistema productivo que no cuente en todo su proceso con alguna pieza metálica. Seguramente esas piezas habrán sido tratadas para mejorar sus propiedades. Ahí es donde podemos hablar de la importancia de los tratamientos térmicos en el sector industrial.
Tratamientos tras la fabricación
Las propiedades naturales de los materiales, incluido los metales, muchas veces no son suficientes para cumplir con las exigencias necesarias de las infraestructuras actuales. Por ello, el desarrollo tecnológico no habría sido posible si la utilización de los metales no hubiese evolucionado a lo largo del tiempo.
Dentro de ese progreso se enmarca la implantación de tratamientos posteriores a la fabricación que permiten mejorar las características mecánicas y metalúrgicas de los materiales. Por ejemplo, los tratamientos térmicos.
Los que ofrecemos en Mig son:
La cementación consiste en endurecer la superficie de una pieza con carbono (cementación) y carbono + nitrógeno (carbonitruración) sin modificar su núcleo, por ello se usa en piezas que necesitan dureza superficial para resistir al desgaste pero tenacidad en el núcleo para resistir los impactos. Se aplica a elementos de máquinas como piñones, engranajes, ejes de transmisión, levas, etc.
La nitruración es un proceso de endurecimiento superficial del acero que se consigue añadiendo nitrógeno mientras es calentado. El resultado es un incremento de la dureza en la periferia de las piezas. También se logra aumentar la resistencia a la corrosión y a la fatiga. Se aplica a elementos como husillos, moldes de extensión de aluminio, etc.
En el proceso del temple vacío las piezas no tienen contacto con ningún elemento por lo que es un tratamiento con el que se obtiene un acabado superficial limpio y sin alteraciones, con una deformación casi inexistente. Se aplica sobre todo para piezas delicadas y acabados.
El templado por inducción permite obtener una mayor dureza y resistencia mecánica del acero mediante la creación de una capa superficial endurecida, manteniendo inalterada, a su vez, la microestructura del núcleo. Permite tratar una parte determinada de una pieza y se emplea en muchos sectores industriales como el de automoción o el aeroespacial.
El fosfatado es un tratamiento químico que recubre la superficie de las piezas metálicas de una película de fosfatos que posee elevada resistencia a la corrosión, mejora la lubricación y sirve como base para recubrimientos o pintados posteriores. Se aplica, por ejemplo, en piezas de ascensores, aerogeneradores, etc. Teniendo en cuenta la disparidad de procesos de trabajo en el sector industrial, es lógico pensar que no vale cualquier tratamiento para cualquier pieza. Todos tienen sus propias características específicas y son adecuados para determinadas aplicaciones. Por ello, lo mejor es guiarse por profesionales que te orienten sobre cuál es el tratamiento más adecuado para cada caso. Consúltanos y te ayudaremos.